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jueves, 2 de agosto de 2018

LAS FORMAS Y EL COMBATE EN EL KUNG FU TRADICIONAL


Uno de los temas más comentados en los grupos y foros de artes marciales es la necesidad o no de practicar formas y también su utilidad.
Pese a ser un tema sobre el que se ha escrito mucho, me gustaría reflejar mi opinión sobre el tema;
¿Por qué practicamos formas? ¿Es bueno o necesario?
En mi opinión SÍ es bueno practicar las formas del estilo por diversos motivos:
1- La forma es una manera sencilla de hacer ejercicio y fortalecerse, ayudan a mover todas las partes del cuerpo, mejoran la coordinación y son un excelente ejercicio aeróbico si se practican con rapidez y fuerza.
Además, el hecho de que en cualquier momento te puedan decir: “hazme esta forma”, te prepara para saltar de un estado de relajación a uno de estrés instantáneamente.

Hacer formas en campeonatos y exhibiciones prepara el cuerpo para el estrés de la pelea
2- En las formas se encuentran las características más visibles de nuestro estilo, bien entendidas y ejecutadas, ayudan a preparar nuestro cuerpo para el combate. El hecho de repetir un movimiento 300 veces hace que se integre y luego sea mucho más fácil aplicarlo en la lucha o con el saco, las guantillas o al practicar con un compañero. Eso sí, los movimientos deben entenderse y se debe saber que en una pelea nunca se van a ejecutar como en la forma, pero sí estará basado en lo que hemos aprendido en esta.
3- Una vez, en una entrevista, el Maestro Wong, director del Templo Hung Sing de Futsan dijo “El que sabe dónde mirar, sabe si una persona es buena en Choy Li Fut sólo con verle hacer unos movimientos”.
Las formas son nuestra manera de expresarnos con el kung fu sin pelea, al igual que en el baile, la personalidad, energía, elegancia, el genio y la fuerza de un alumno o maestro se reflejan en las formas. Esto no tiene nada que ver con lo bonito o feo que se hagan, tiene que ver con que la ejecución sea poderosa, rápida, fuerte, fluida, relajada y que contenga lo que los maestros llaman “las características esenciales” del Choy Li Fut (o el estilo que sea).
Dentro de esto, la variedad es muy extensa, de los buenos practicantes hay quien es menos rápido (¡pero nunca lento ni cortado!), hay quién es más claro en los movimientos, hay quién destaca por su fuerza y explosividad, algunos hacen las formas de una manera increíblemente personal y otros son el fiel reflejo de su maestro.
Alumnos del Maestro Leung Wai Wing, son un buen reflejo de su Sifu
4- Las formas son una bonita forma de preservar la cultura inherente al kung fu, algunas fueron ideadas hace más de 150 años y al practicarlas se contribuye a que el recuerdo y el espíritu del maestro que la creó, siga con nosotros. En otras se manejan armas que en su día fueron muy importantes para la guerra pero que nunca más se van a usar, al aprender la forma se aprende también el uso de esa arma y la historia del estilo.
Recuerdo cuando aprendimos el “sable anti-japonés” y tendíamos a usarlo como el sable normal, pero el Maestro Ho insistía en que el corte era diferente y, aunque jamás vayamos a usarlo, es un conocimiento que de esta forma no se pierde.
El manejar el sable anti-japonés hace que conozcamos y comprendamos mejor la historia de China y de nuestro estilo
Algunas personas que se centran exclusivamente en la pelea desechan el practicar las formas, cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero en el kung fu chino tienen un papel destacado e importante y sin ellas parte de la esencia inevitablemente se pierde.

Esto me lleva a la segunda parte de este artículo, otra pregunta que puede ser controvertida ¿hacer formas es hacer kung fu? ¿Se puede aprender a pelear con formas?
La respuesta obvia es NO, las formas son un entrenamiento, uno de los muchos medios que usa el kung fu para llegar a un fin, que en el caso del Choy Li Fut era originalmente acabar con tu adversario lo más rápidamente posible y poder pelear con más de una persona a la vez, algo para lo que nuestro estilo es especialmente útil.

Ello no quiere decir que los maestros antepasados olvidaran el “wude” (la virtud marcial), el respeto al Sifu o el compañerismo, pero el kung fu es lo que es y muchos de los estilos del sur desarrollados en el siglo XIX como el Choy Li Fut o el Hung Gar se hicieron para pelear en la guerra.

Bruce Lee decía “si quieres aprender a nadar, te tienes que meter en el agua”, esto quiere decir que por mucha técnica que tengas, hasta que no estés en la piscina no sabrás si eres capaz de llegar al otro lado o no. Dando vueltas a la misma idea, Rubén Romero, de nuestra escuela, suele decir “hacer formas es un poco como hacer un rondo en futbol, importante e imprescindible para manejar el balón, pero para ser un buen jugador, luego tienes que jugar un partido”.
El Sifu Kong Hing, de Buk Sing, fue famoso por sus peleas en Hong Kong. Raramente enseñaba formas.
Por lo tanto, si quieres aprender a pelear necesitas hacer sparring, pero con inteligencia, nada más absurdo que darle a la gente unos guantes y protecciones y decirles que practiquen a lo loco. Hay que preguntarse primero ¿qué quieres practicar?. La idea es que el entrenamiento de formas, de técnicas y patadas sirvan para algo, el kung fu es un arte muy inteligente, ha de practicarse la reacción, la rapidez, la “intención”, el foco… Hablando claro, para decirles a dos chavales “poneos los guantes y pegaros” no hace falta haber entrenado kung fu ni ningún arte marcial, cualquier chico o chica desde el instituto puede hacerlo. Lo interesante es desarrollar ejercicios que permitan la aplicación de nuestras técnicas en combate y sobretodo preparen al alumno para reaccionar, atacar, moverse y esquivar.

Un punto importante a aclarar es el siguiente, hay escuelas que dirán "nosotros no sólo practicamos formas, también hacemos técnicas con compañeros, guantillas y puños frente al espejo", está bien, pero si todo esto se hace en la misma posición y usando los mismos golpes que en las formas ¡sigue siendo hacer formas! lo que hay que hacer es extraer lo que hay en ellas y aplicarlo, que no es igual que montar una coreografía de pelea con la secuencia de la forma y decir que eso es la aplicación. Y para esto es para lo que hace falta un buen maestro que nos abra los ojos y también que esté dispuesto a invertir su tiempo en explicarnos por qué es diferente.

Volviendo al combate, es importante así mismo definir con qué fuerza se va a pelear, para hacer algo equilibrado y que no sea incómodo para ninguno de los dos, y si alguien de ahí quiere pasar al tatami o al ring y probar en campeonatos, por supuesto es algo que representa a nuestro estilo.
 
El maestro Wong Yan Jum es un buen ejemplo de cómo compaginar el trabajo de formas
con el de los sacos o guantillas

Por último existe un último tipo de escuela que es todo lo contrario, aquellas en las que te venden que como nuestro kung fu es tan letal, y se hizo para la guerra, no se puede usar en combate y sólo hay que entrenar técnicas por parejas (en las que el compañero no sólo no se defiende sino que colabora) y formas, y con eso ya se puede pelear y ser letal. Eso es una gran mentira, no creo que los maestros antepasados hiciesen formas y con ese entrenamiento se fueran a la guerra, siempre hay que entrenar con un compañero. Y sí se puede competir, se puede hacer sanda y usar lo que las reglas permitan, en incluso MMA, pues lo que define nuestro estilo no es el tipo de combate que hagamos, sino nuestro entrenamiento y sobretodo nuestros valores.
Hou Kan, maestro del Hung Sing Kwoon de Futsan, es considerado un martir ya que murió peleando contra los japoneses, es realmente dificil pensar que se fuera a la guerra habiendo practicado sólo formas...
Como conclusión, sólo decir que el Choy Li Fut y los estilos más tradicionales en general, abarcan un conocimiento muy amplio, que incluye aspectos de la cultura china, formas, valores y combate, a cada uno nos puede gustar más un aspecto u otro y podemos practicar más unas cosas que otras, pero si falta alguno de ellos, nuestro kung fu es incompleto.

* Este es un artículo de opinión y por lo tanto no tiene porqué reflejar el pensamiento de todos los miembros de nuestra escuela 

María Arias Antoranz