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martes, 20 de septiembre de 2011

LA RELAJACION EN EL CHOY LI FUT

A la hora de comenzar a aprender algo nuevo solemos preguntarnos a menudo: ¿Por donde empiezo? Al principio, la tarea puede parecer intimidante y podemos sentir la tentación de renunciar antes de que podemos divertirnos realmente con las nuevas habilidades que hemos adquirido. La duda es el enemigo persistente de un principiante, sea cual sea la actividad de que se trate. Por tanto, ¿cómo podemos emprender el camino del descubrimiento con total confianza y la mentalidad necesaria para perseverar? Es fácil: simplemente hay que relajarse.

El arte del Choy Li Fut conduce al individuo a una rápida comprensión de su poder inherente y su capacidad creativa enseñando en primer lugar el principio de la Relajación. Es nuestra capacidad para relajarnos de forma dinámica y apropiadamente la que libera los talentos naturales del cuerpo y libera nuestra mente de las ataduras de la rigidez. Mediante la plena expresión de este principio encontraremos los recursos para impulsar por completo nuestra capacidad para defendernos, así como para desenvolvernos en todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida. Ahora bien, ¿qué tiene que ver exactamente la relajación con la cuestión de la autodefensa?

Cuando nos encontramos en una situación amenazante nuestro primer pensamiento, probablemente, no sea relajarnos pero es lo que debería ocurrir. El principio de la relajación nos otorga una total capacidad para defendernos por muchas razones. Una de ellas es que, al relajarnos, reducimos el riesgo de resultar heridos cuando nuestro oponente nos golpea o aplica una técnica de luxación y/o control sobre nuestras articulaciones. Al oponer fuerza contra fuerza, absorbemos toda la potencia de ese golpe o técnica. Pero si nos relajamos, la zona del cuerpo que esta siendo golpeada o manipulada puede desplazarse con el golpe o la técnica sin aceptar la plena fuerza del oponente. Vamos a imaginar que dejamos caer una piedra grande en un estanque de agua. El agua simplemente se aparta de su camino y luego rodea la roca. Pero si el agua está helada, el hielo se agrietará y convertirá en añicos. De forma similar, si estamos tensos cuando nuestro contrincante nos golpea o intenta controlar y/o dañar nuestras articulaciones, su fuerza causará muchos más daños que se estuviésemos relajados.

Quizás la razón más importante para practicar la relajación es que nos ayudará a desarrollar un poder explosivo y letal. Una ecuación tomada de la segunda ley de Newton de la dinámica establece que la fuerza (F) es igual a la masa (m) por la aceleración (a): F = ma. Por tanto, para incrementar nuestra fuerza al golpear deberemos incrementar la masa disponible de nuestro cuerpo y la velocidad, poniendo atención en desarrollar la capacidad de utilizar hasta la última pizca de masa disponible detrás de cada movimiento y ejecutarlo con una aceleración explosiva máxima. Pero, ¿cómo se obtiene la capacidad de lograr esto?

¿Has intentado alguna vez recoger en brazos un bebe dormido? El que lo haya hecho, habrá podido constatar que el bebé parecía más pesado que cuando estaba despierto. Eso es debido a que el bebé se relajó y toda su masa corporal se asentó. De forma similar, cuando nos relajamos, parece que la masa de nuestros músculos aumenta ya que ello permite utilizar en cada movimiento todas las células de tejido muscular disponibles. Si tensamos el brazo durante un movimiento, estamos sosteniendo artificialmente los tejidos e impidiendo su funcionamiento más eficiente.

La relajación también aumenta la fuerza mediante el incremento de nuestra velocidad. Cuando los músculos están tensos tiran unos contra otros y se refrenan mutuamente. Combatir con los músculos tensionados es como conducir un coche con un pie en el acelerador y otro en el freno. Así, la tensión en nuestros músculos ralentiza nuestro ataque y reduce nuestra fuerza. Por el contrario, si se encuentran relajados nuestros movimientos serán mucho más rápidos y, por tanto, mucho más potentes.

La relajación crea el marco adecuado para que los músculos de nuestro cuerpo funcionen de la forma más eficiente que son capaces. El tejido muscular se estabilizará y el incremento de masa se transferirá  sin problemas al objetivo. Las fibras musculares serán capaces de acelerar cada movimiento indefectiblemente, permitiendo que alcancen la máxima velocidad. Las dos juntas - masa y velocidad – utilizadas en un movimiento de ataque como, por ejemplo, un puñetazo, crean un poderoso impulso que se traslada al objetivo en forma de devastadora energía cinética, lo suficientemente potente como para detener a cualquier agresor.

Pero por encima del beneficio físico que otorga una adecuada relajación, es mas importante incluso el poder mental que se consigue a través de su práctica. Cuando la mente se encuentra calmada y alerta a través de la relajación consciente, la conciencia se amplia significativamente y la capacidad de procesar la información sensorial se tornará más rápida; nuestras decisiones serán mas precisas y fluidas, libres de la vacilación mental que se experimenta a menudo.

La respiración profunda ayuda a relajarse tanto física como mentalmente cuando nos encontramos en una confrontación. Esta táctica es utilizada por las personas que hablan en público, los deportistas profesionales e, incluso, los soldados. Al respirar profundamente, enviamos más oxigeno al cerebro y somos capaces de pensar con más claridad. El aumento de oxígeno también alivia la sensación de pánico y estimula el flujo de adrenalina. Respirar profundamente también nos ayudará a relajar los músculos, de forma que nuestros movimientos sean más potentes. En combate, vamos a hacer las mismas cosas que practicamos por lo que para adquirir el hábito de relajarse en una pelea tendremos que relajarnos durante nuestro entrenamiento.


Cuando nuestra habilidad para relajarnos se haya convertido en algo intrínseco habremos encontrado la clave que el Choy Li Fut nos ofrece para desbloquear nuestro poder y darnos plena libertad de expresión. Veremos que nuestra mente no se altera tan fácilmente y que situaciones que antes experimentábamos como una crisis ahora son sólo retos fácilmente superables.

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