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viernes, 16 de septiembre de 2011

ADIVINA QUIEN VIENE A CENAR ¡TU MAESTRO!

Se podría decir que este artículo es una ampliación y continuación del que ya publicamos en su día El respeto es el camino correcto, por el G.M. Doc-Fai Wong. Mucha información que se presenta puede resultar desde la perspectiva occidental, cuando menos, chocante. Y en la mente de algunos puede que aparezca la palabra "servilismo" parpadeando con brillantes luces al ritmo de una sirena de alarma. Sin embargo, el enfoque correcto consiste en contemplarla dentro de su marco cultural y, desde luego, me remito al último párrafo del texto. Todo ello, claro, siempre que estemos tratando con un maestro oriental. Que lo disfrutéis.

Lo que se debe y no se debe hacer en un banquete de etiqueta chino

La cultura tradicional china esta llena de formalidades y normas de cortesía y aunque la moderna China no se puede comparar con la romántica China de siglos atrás, muchas de las tradicionales normas de etiqueta y conveniencia social todavía se observan estrictamente. Esto es especialmente cierto en cenas y banquetes ya que compartir una comida es quizás el pasatiempo favorito de los chinos.

El mayor banquete chino conmemora el Año Nuevo Lunar o Festival de Primavera (chun jie). Para los extranjeros invitados a compartir las festividades del año nuevo, es importante estar al tanto de las formalidades sociales tradicionales para evitar perder prestigio, tanto ellos como sus anfitriones. Por supuesto, la mayoría de los chinos no van a hacer rendir cuentas a sus invitados extranjeros sobre el cumplimiento de esas estrictas normas de conducta; sin embargo, no cabe duda de que el anfitrión apreciará el esfuerzo realizado para ello ya que demostrará un profundo aprecio y respeto a sus tradiciones.

No obstante, existen unas circunstancias especiales reservadas para los artistas marciales. Muchos practicantes tradicionales, especialmente de estilos del sur, observan la etiqueta de manera muy estricta. Se piensa que el comportamiento social de un estudiante refleja directamente el nivel y calidad de la instrucción impartida por su maestro y, en este sentido, es absolutamente imperativo para un estudiante serio emplear el tiempo necesario para familiarizarse con las normas de etiqueta tradicional y evitar faltar el respeto inadvertidamente a su maestro y linaje.

Antes de la comida

La primera y principal norma de cortesía a observar es dirigirse adecuadamente al maestro. El estudiante siempre debe saludar al maestro correctamente. Los títulos puede variar en función de la escuela y el sistema, así que si uno es nuevo en la escuela y no está seguro de cómo abordar al maestro, un simple “hola” con una sonrisa suave y el contacto visual agradable debería ser suficiente.

Para complementar el saludo, se pueden realizar una serie de gestos. Muchas artistas marciales chinos se saludan formalmente con un “baoquan” o “abrazo de puño” Este gesto se hace tomando el puño derecho con la mano izquierda. Para hacer este gesto más cortés, se puede agregar una ligera reverencia. Arrodillarse es otro gesto común para saludar al maestro pero hoy en día es poco común. Si se hace de forma dramática, sobre todo delante de una gran multitud, se puede considerar bastante grosero o violento. Si se quiere que se perciba como un gesto sincero, debe hacerse en privado, en un ambiente íntimo.

En el trayecto

Mientras estemos de camino, también hay una serie de formalidades específicas que debemos observar. Si vamos a pie, hemos de caminar siempre al lado o detrás del maestro. Ir por delante sólo es apropiado si él no conoce el trayecto. Una vez que se llega al destino, hay que abrirle la puerta o, si la puerta está cerrada, llamar en nombre suyo y luego dar un paso atrás. Si viajamos en transporte público o un taxi, abrir y sostener siempre la puerta del vehículo al maestro. E insistir invariablemente en llevar su equipaje y estar preparados para pagar el viaje y, si es apropiado, dar la propina al conductor.

Si somos nosotros los que conducimos, hay que cerciorarnos de seguir cuidadosamente todas las normas de tráfico y conducir siempre a la velocidad adecuada. Evitar conducir bruscamente, perderse, o cualquier otra circunstancia que pueda incomodar al maestro a lo largo del paseo. Además, nos abstendremos de poner música excesivamente alta o explícita. Si es el maestro el que conduce, no sentaremos cómodamente y en silencio e intentaremos no molestar al maestro con pequeñas preguntas y trivialidades. Igualmente, habrá que estar preparados para pagar cualquier peaje o aparcamiento que sea necesario abonar. A la llegada, asegurarnos de dar las gracias al maestro por conducir.

Durante la comida

Compartir una comida con el maestro es una oportunidad maravillosa que no debe tomarse a la ligera (especialmente si se trata la comida del Año Nuevo Chino, ya que esta festividad está reservada para la familia más inmediata). Hay que recordar que no todas las lecciones se enseñan en el Kwoon y que, a menudo, la simple observación de cómo se comporta el maestro durante las actividades cotidianas, como una comida, puede proporcionarnos información valiosa acerca de cómo los principios marciales trascienden los simples puñetazos y patadas. En este sentido, compartir una comida con el maestro puede significar una oportunidad de oro para fomentar nuestra comprensión y práctica.
Lo primero que hay que tomar en consideración en un banquete es la disposición de los asientos. Nunca hay que apresurarse a tomar asiento o hacerlo inmediatamente. Cuando se cena con el maestro, siempre es mejor ser invitado a la silla. El maestro debe sentarse en el asiento principal, es decir con la espalda contra la pared y en posición de permitir observar la entrada principal y/o la cocina. Desde ese asiento, los invitados más distinguidos del maestro, su cónyuge y sus discípulos se van sentando al lado. El resto de invitados normalmente se abren en abanico desde allí por orden de antigüedad. 


Una vez sentados, permanecer calmados y sumamente presentes y mantener siempre una buena postura. Evitar parecer inquieto, nervioso o cualquier otro comportamiento ansioso. Exhibir una sonrisa relajada y mantener un buen contacto visual con la gente. No hablar fuera de turno y tener especial cuidado en no susurrar, chismorrear, reir disimuladamente o hacerlo con una risilla sofocada con un vecino. Al hablar, utilizar siempre un tono y volumen apropiados. Si se hace una pregunta al maestro, que sea significativa y concisa; lo ideal es que el resto de invitados puedan beneficiarse también de la respuesta. En general, sin embargo, uno debería guardar silencio cortésmente a fin de crear un espacio para el maestro que le permita compartir la información en su tiempo libre.

Hay que empezar a comer sólo cuando el maestro haga la invitación. Se debe comer lenta y moderadamente, de forma educada, disfrutando y saboreando cada bocado. Se considera grosero precipitarse a la comida, estirándose para alcanzarla, acapararla o hacerse con los mejores bocados, ya que sería un indicativo de que nuestro interés por la comida es superior al de compartir el tiempo con el maestro. Por el contrario, es muy importante llevar el ritmo ya que dejar de comer a mitad de la comida puede ser considerado de mala educación también.

En el momento de servirse, esperar hasta que el maestro, los invitados de honor y los estudiantes más antiguos hayan sido asistidos. Por otro parte, uno debería servirse de la comida que está a nuestro alcance más inmediato. Servir al maestro es una tarea reservada al personal de servicio y a la persona sentada justo al lado del maestro. Es apropiado servirle arroz, fideos o sopa; por lo demás, es mejor permitir que el maestro se sirva el mismo. Si la mesa está equipada con una “Lazy Susan” (Se trata de una bandeja giratoria para servir la comida en la mesa; ver foto de abajo), lo mejor es dejar que sean los otros los que la giren, y tocarla sólo para ayudar al resto de invitados a alcanzar un plato con más comodidad.

 
 Si nos sentamos junto al maestro, tendremos que estar al tanto de sus necesidades, ya sea una servilleta, un utensilio u otra cosa. También hay que prestar atención a su vaso y no permitir nunca que se sirva él mismo. A la hora de servir el te, por lo general el primero siempre es el maestro y después, por este orden, sus invitados de mas edad, los invitados más jóvenes, los estudiantes más veteranos y, en último lugar, uno mismo. Si el maestro nos sirve el te, hemos de asegurarnos de sujetar la taza con ambas manos para mostrar mayor cortesía y también podemos ponernos de pie mientras lo hace.

Si se propusiese un brindis, levantar la copa mientras se ofrece. Y al tocar los vasos, la boca del nuestro debe situarse por debajo de la del vaso del otro como un simple gesto de respeto. Si hubiese demasiadas personas como para tocar los vasos de todas o si alguna no se pudiera alcanzar cómodamente, es aceptable golpear suavemente el fondo del vaso contra la mesa y elevarlo hacia los invitados a los que no se puede llegar. Si el brindis es en tu honor, es de buena educación devolverlo posteriormente en algún momento de la comida, antes de que termine. Y si somos nosotros los que lo proponemos, que sea sencillo; cortas expresiones de gratitud, buenos deseos para la salud o relaciones fructíferas son siempre temas adecuados para brindar. Para ser más educado, podemos permanecer de pie mientras se propone el brindis. Después de los brindis en grupo, también es correcto brindar por los invitados individuales.

Si se bebe alcohol, tomar pequeños sorbos de respeto a menos que sea invitado expresamente por el maestro a “gan bei” (secar la copa). Siempre es mejor evitar rellenar nuestro propio vaso, especialmente si la bebida es alcoholica. Además, esta bien tomar te o agua para nuestro propio disfrute pero el alcohol siempre ha de tomarse con otro invitado. En una celebración, es de esperar que los invitados se emborrachen; sin embargo, se debería mantener la compostura ya que un comportamiento lascivo y ebrio se considera una enorme “pérdida de cara”. Si no bebemos alcohol, es importante informar al maestro antes de la comida. Y si creemos que ya hemos bebido suficiente, esta bien rechazar suavemente bebidas adicionales.

Al finalizar la comida, dejar siempre un pequeño bocado en el plato al terminar. Si dejamos el plato limpio, significará que no hemos tenido suficiente y entonces será responsabilidad del anfitrión procurar mas comida. Si es un grupo grande el que ha quedado para comer, los arreglos para pagar la factura deberían realizarse entre los estudiantes con carácter previo para no organizar un lío al final de la comida. Y si se trata simplemente de una comida entre nosotros y el maestro y/o los invitados de éste, lo mejor es deslizar de manera casual una tarjeta de crédito o débito al camarero antes del comienzo. El maestro nunca debería tener que pagar por una comida.

En el supuesto de que tuvieramos que excusarnos en el transcurso de la comida, colocaremos los palillos al lado de nuestro plato o cuenco antes de salir. Nunca hay que dejarlos en un cuenco de arroz ya que es un símbolo asociado a la muerte. Otros gestos que hay que evitar son chasquear los dedos, señalar o silbar ya que se consideran de mala educación.

Despues de la comida

Después de la comida, esta bien dar un regalo al maestro; sin embargo, debería ser un presente modesto para evitar ofender a los otros invitados que no hayan traído nada Generalmente, cuando se da un regalo el receptor lo rechazará educadamente por lo menos dos o tres veces. Lo que se espera entonces es que la persona que lo entrega persista cortésmente hasta que sea aceptado; no obstante, habrá que estar atentos a la posibilidad de que sea un rechazo sincero. Cuando el regalo sea aceptado, ofrecerlo con ambas manos.

Son regalos adecuados: plantas o flores en macetas, objetos de arte o artesanía de calidad, algo de su cultura nativa o que creamos que el maestro podría utilizar o que usaría a menudo, o algo que podría beneficiar o embellecer la escuela. Para el Año Nuevo Chino, es apropiado entregar frutas, dulces, ropa, alcohol de calidad, o, si el maestro fuma, un buen tabaco. El papel de regalo es un detalle agradable pero ha de ser rojo o dorado. Si queremos dar dinero, hay que introducirlo en un sobre rojo y ha de ser una cantidad divisible por 3, 5, 8 ó 9.

Nunca hay que regalar al maestro un reloj, un calendario, o flores cortadas; ni cosas que sean blancas o envueltas en papel blanco; ni artículos que vayan en grupos de cuatro ya que todas estas cosas son simbólicas de la muerte y los funerales. Tampoco hay que obsequiar nada que sea afilado, como un cuchillo o unas tijeras puesto que podría simbolizar que se cortan los vínculos y la relación. Por último, hay que tener cuidado de no ofrecer regalos de comida que puedan simbolizar pobreza o desesperación.

Es muy común sacar fotos antes de que los invitados se marchen. Para evitar ser grosero, debemos asegurarnos de que el maestro sabe que va a ser fotografiado antes de disparar. En una fotografía en la aparezcamos solos con nuestro maestro siempre deberemos situarnos de pie a su lado derecho. Si son fotos de grupo, habrá que cerciorarse de que el maestro se encuentra en el medio.

Aunque todas estas formalidades puedan parecer excesivas e, incluso, despóticas, son muy importantes. Realizar un esfuerzo extra para observar la cortesía debida es una de las mejores maneras de lograr una impresión positiva en el maestro y ayudar a establecer una dinámica más fuerte. En la cultura china, la relación entre el maestro y el discípulo es sagrada y, en este contexto, el estudiante sincero debería hacer todo lo posible para mostrar el más alto nivel de respeto.

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