viernes, 23 de septiembre de 2011

APRENDER REALMENTE CHIN-NA por el Dr. Yang Jwing Ming

Ahí va otro artículo del Dr. Yang Jwing Ming (para más información sobre esta excepcional figura del mundo de las Artes Marciales Chinas, consultar aquí), uno de los más admirados tanto por mí como en el ámbito de la Asociación Aragonesa de Kung-fu Tradicional. En el artículo describe unas pautas de trabajo para aquellos que por la razón que sea abordan de forma autodidacta el estudio del Chin Na (servidor se declara culpable de pertenecer a ese colectivo). Y es que, ciertamente, en el kung-fu no basta con acudir a clase dos o tres veces por semana; es necesaria la práctica, la reflexión, el estudio y la investigación por nuestra cuenta. Como se suele decir, en las clases se indica el camino pero luego somos cada uno de nosotros quien ha de recorrerlo personalmente; nuestro Sifu siempre estará ahí para guiarnos por los vericuetos más enrevesados si fuese necesario, pero nuestro esfuerzo personal es condición necesaria para progresar en el arte.

A continuación, y como complemento, se propone de la mano de Sifu Javier Marcos una aplicación práctica del Chin Na. La serie fotográfica y sus comentarios son de elaboración propia;  no han sido refrendados en modo alguno por el Dr. Yang Jwing Ming. Nuestra Escuela, desgraciadamente, no tiene ninguna relación con dicho Maestro, más allá de la evidente admiración, ni hay nadie en su seno que tenga la consideración de alumno suyo. Lamentablemente, este Maestro no parece prodigarse mucho por nuestro país.


Aunque es muy difícil aprehender a través de un libro o un video las técnicas de Chin Na con un 100% de precisión, muchas de ellas aún se pueden asimilar en la medida que se reflexione, practique y pregunte humildemente. No se puede negar que un instructor cualificado ayudará a acortar el tiempo de aprendizaje y a transmitir los detalles clave de cada técnica. Sin embargo, si no contamos con él, entonces deberemos confiar en nosotros mismos.

Lo primero que hay que tener en cuenta cuando aprendemos de forma autodidacta es hay que centrarse en el principio subyacente en cada técnica. Esto no sólo nos ayudará a aprender la técnica en cuestión, sino también aquellas otras que estén basadas en el mismo principio. Una completa comprensión de la teoría y los principios incluso nos permitirá diseñar técnicas nosotros mismos.

En segundo lugar, después de aprender una técnica de un libro, es preciso encontrar un compañero que también esté interesado en la investigación para discutir la técnica y sus principios. Hay que experimentar con ella, adquirir experiencia, familiarizarse con la técnica y, finalmente, dominarla. No hay nada mejor que practicar, practicar y practicar. La práctica constante hace que una técnica sea eficaz, viva y natural. Es imprescindible comprender que para que una técnica sea efectiva, debe ser aplicada de manera natural, como una reacción instintiva. Solo entonces podremos decir que hemos asimilado la técnica.

A medida que practiquemos el Chin Na, aprenderemos cuanta fuerza necesitamos para aplicar la misma técnica en diferentes personas. Algo que sólo se puede aprender a través de la práctica con diferentes tipos de individuos. Por otro parte, recordar que cuando practiquemos nuestro Chin Na debemos entrenar nuestro Yi. “Yi” en chino significa “mente”. Debemos centrar nuestra mente en la técnica y entonces podremos sentir si es correcta o no y ser capaces de dirigir nuestro Qi para apoyarla. Recordar que cuando usamos el Chin Na, la sensibilidad representa el 80% de la técnica. Hay que entrenar el sentido del tacto para saber sin mirar si nuestro control es efectivo.

Además, cuando se practique con un compañero hay que ser cuidadoso para evitar lesiones. Algunas pueden tardar meses en sanar por completo y si no tenemos cuidado podemos causarnos daños permanentes y sufrir problemas durante el resto de nuestra vida. Por tanto, durante el entrenamiento debemos controlar la fuerza que se aplica. Hay que jugar sobre seguro y de manera inteligente, no de forma arrojada y estúpida. También es conveniente aprender las técnicas básicas para el tratamiento y curación de lesiones.

A menudo, los libros de Chin Na muestran a los contendientes en posiciones concretas y ejecutando determinados ataques o movimientos pero probablemente nos vamos a encontrar que a la hora de utilizar realmente esas técnicas las cosas son muy diferentes. Una vez que aprendamos la técnica conforme se explica en el libro y seamos capaces de aplicarla de manera fácil y efectiva, hay que experimentar con ella para encontrar sus límites y cómo puede ser modificada. Cada técnica esta diseñada para unas circunstancias particulares y si bien pueden ser modificadas, hay escenarios en los que podrían ser ineficaces o incluso peligrosas para nosotros. Además, muchas veces nos encontraremos con que a la hora de comenzar a aplicar la técnica nuestro oponente se moverá o contratacará y habrá que modificarla, intentar otra o incluso retirarnos. No dominaremos el arte hasta que no hayamos aprendido todas estas cosas.

Si practicamos adecuadamente Chin Na para controlar las articulaciones con nuestro compañero, eventualmente estaremos ayudándonos el uno al otro a estirar y acondicionar nuestras articulaciones. Este tipo de ejercicio es muy saludable para las articulaciones. Una de las reglas básicas a la hora de practicar es que si cuando aplicamos una técnica a nuestro compañero éste todavía es capaz de devolver el golpe de cualquier forma, la técnica es incorrecta. Nuestra seguridad es siempre la primera preocupación a la hora de aplicar una técnica. Además, si no podemos usarla con habilidad suficiente en una situación práctica, entonces nuestra técnica es inútil.

Por supuesto, si nos enfrentamos a un enemigo real, lo primero que hay que hacer es dañarle para que su capacidad de combate se reduzca de inmediato. Para lesionar a nuestro oponente, debemos poseer Jin para que nuestras técnicas sean eficaces. Jin es una manera de expresar la fuerza que puede incrementarla y hacerla más penetrate. Cuando se expresa el Jin, los músculos y los tendones son apoyados por el Qi de nuestro cuerpo de forma que unos y otros alcanzan su máxima eficiencia. El Jin se puede clasificar en duro, suave-duro y suave. Cuando aplicamos una técnica de Chin Na, independientemente de la categoría en que se pueda encuadrar, si no sabemos como usar nuestro Jin en esa técnica concreta, entonces no será efectiva. Por ejemplo, si no usamos Jin en Fen Jin Chin Na (dividir o agarrar el músculo/tendon), nuestro oponente tendrá la oportunidad de usar sus músculos para resistir a los nuestros. Si no empleamos el Jin a modo de sacudida en Cuo Gu Chin Na (desplazar el hueso), no seremos capaces de romper o sacar de su lugar las articulaciones del oponente. De la misma forma, en las técnicas para cortar la respiración o golpear puntos vitales, si no se utilizar el Jin, la fuerza no penetrará hasta la profundidad adecuada y la técnica tampoco será eficaz.

A continuación os ofrecemos una serie técnica en la que se desarrolla una técnica de Chin  Na:

Secuencia 1
Sifu Javier Marcos y su asistente en esta ocasión, David Lopez, se situan en posicion de guardia, ambos con la pierna derecha adelantada.

Secuencia 2
David lanza un jab de derecha que es interceptado por Sifu Javier Marcos con su antebrazo derecho utilizando Chuin-nau, a la vez que da un paso atrás adoptando la posición Diu-Ma. Esta acción evasiva apoya su bloqueo proporcionándole una distancia de seguridad. Hay que tener en cuenta que el oponente puede golpear a la vez que avanza generando una fuerza inusitada que podría atravesar nuestro bloqueo. Al retroceder de esa forma, prevenimos que el golpe nos pueda alcanzar en ese caso.

Nótese la posición de la mano izquierda, al lado del codo derecho y protegiendo su plexo solar. Desde ahí esa mano podría bloquear arriba, abajo o hacia fuera defendiendo ulteriores ataques. Es importante advertir también como en el Chuin-Nau la mano que bloquea gira hacia fuera, disponiéndose para agarrar el brazo del contrincante. Es un detalle de importancia táctica como luego se verá al desarrollar el contrataque.

Secuencia 3
Sifu Javier Marcos agarra el antebrazo de David desde el Chuin-Nau y tira bruscamente de su brazo hacia abajo, en un movimiento similar a Zuo Hai Di Zhen (clavar la aguja en el fondo del mar), de la forma de Tai Chi Chuan. Es un tirón súbito que puede tener efectos devastadores sobre las cervicales del adversario. Aquí el trabajo de las posiciones de kung-fu queda patente; la posición debe ser firme, estable, el tronco no ha inclinarse en exceso hacia delante con el riesgo de ser desequilibrados, ni hacia atrás, perdiendo nuestro centro. Fijarse que la mano izquierda continúa protegiendo, lista para lo que pueda venir todavía.

Secuencia 4
Sin dilación, Sifu Javier Marcos avanza hacia delante a la vez que dobla la muñeca de David hacia dentro, de forma que sus dedos apunten hacia su torso, presionando hacia arriba y sin olvidar controlar su codo. Este es el ángulo correcto en el que se ha de colocar la articulación para poder realizar esta técnica. Se trata de una técnica de Chin Na sobre la muñeca encuadrada dentro de la categoría Fen Jin Chin Na (dividir el músculo / tendón). Aunque no se aprecia bien en la foto, son los dedos corazón, anular y meñique los que protagonizan el agarre; el papel del índice y el pulgar suele ser presionar puntos vitales de las inmediaciones.

Secuencia 5
Sifu Javier Marcos continua presionando hacia arriba HASTA QUE SU CONTRINCANTE TERMINA SOBRE LA PUNTA DE LOS PIES, posición desde la que dificilmente va a poder golpearnos con sus puños o lanzarnos una patada.

Seguidamente, proponemos otra alternativa a la técnica anterior.

Secuencia 3.1
Otra perspectiva de la Secuencia 2.

Secuencia 4.1
Ahora Sifu Javier Marcos cambia su posición a Nau Ma, con la pierna derecha adelantada, al tiempo que eleva y gira el brazo de David en sentido contrario a las agujas del reloj para que la articulación del codo termine mirando hacia abajo. Desde ahí, golpeará hacia arriba con el codo izquierdo en su axila  utilizando Ping Jung sin soltar su presa en la muñeca, para inmediatamente después practicar una palanca sobre la articulación del codo sin más que tirar hacia abajo con su mano derecha, en la que el punto de apoyo o fulcro es la zona del húmero del brazo izquierdo de Sifu Javier Marcos. Una vez más David termina sobre la punta de sus pies presa del dolor e incapaz de contratacar.

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