jueves, 18 de diciembre de 2014

CRONICA DEL VIAJE A CHINA (2014), 1ª PARTE


China. Y en mi cabeza una única idea, la de cumplir la promesa que habíamos hecho de volver a Foshan. No fue fácil, por muchas circunstancias, reunir todos los elementos necesarios para poder viajar de nuevo, pero a veces la voluntad y la suerte se alían y a finales de octubre pusimos rumbo hacia ese fascinante, mágico y a veces abrumador lugar.
Esta vez quisimos comenzar el viaje por la otra punta del país y antes de bajar al sur, ya conocido, pasamos unos días en Pekín. Es difícil describir una ciudad como esa, por su tamaño, su historia, su gente… merecería una crónica en sí misma, en Pekín se mezclan y confunden lo antiguo y lo moderno, el comunismo y el consumismo más exacerbado, los coches de lujo y las bicicletas más humildes, los nuevos millonarios y los campesinos que se acercan para buscar un futuro o para hacer turismo. Todos ellos son imprescindibles para entender la China de hoy y el conjunto es, sin duda, impresionante.
En la siguiente presentación se puede ver una pequeña muestra de todas las maravillas de esta increíble ciudad, la Plaza de Tiananmen, La Ciudad Prohibida, el Templo del Cielo, las Tumbas de los Emperadores Ming, La gran Muralla…
  
                           
Tras esos días en Pekín pusimos rumbo al sur cogiendo un tren de alta velocidad que cruza todo el país, una experiencia que recomiendo, las 8 horas se nos pasaron volando debido a la gran animación que había con gente yendo y viniendo y la cafetería con una buena variedad de menús, nos dimos unos cuantos paseos con el termo arriba y abajo (ya que hay agua caliente a disposición de todos para poder prepararte un té y unos fideos instantáneos en cualquier momento) y sobre todo disfrutamos del paisaje y del cambio progresivo que íbamos contemplando, del frio y las llanuras del norte, al calor y las montañas frondosas del sur

Y por fin llegamos a Foshan, y vuelta al entrenamiento. Esta vez llevábamos todo más organizado, pudimos avisar al Maestro del día de nuestra llegada y teníamos cogido el hotel a escasos minutos del Hung Sing Kwoon para poder aprovechar mejor el día, pero los nervios eran incluso mayores ¿Qué esperaría el Sifu de nosotros?
Fuimos al Templo temprano para dar una vuelta y ver las novedades, y lo primero que vimos al entrar fue el nuevo busto de Jeong Yim, que personalmente me gustó mucho, tiene fuerza y hace todavía más bonito el altar.

A las dos en punto, como cada día, llegó Sifu He, le saludamos y le dimos unos regalos que habíamos traído desde España, una placa de agradecimiento con los logos de nuestras escuelas y un banderín de parte de toda la Escuela Hung Sing Dragón Blanco. 

 









Y sin más dilación, comenzó el entrenamiento, primero nos hizo hacer, por separado, la forma de la caña (dan tiao) que aprendimos el año pasado, que yo hice de aquellas maneras y Rubén la verdad que muy bien. Luego nos pidió que hiciéramos algo los dos juntos, unas técnicas como el año anterior. Como no sabíamos muy bien que hacer nos decidimos por la forma de parejas del tigre y leopardo que habíamos estado entrenando estos meses en la Escuela, debió gustarle bastante porque tras pensarlo unos segundos, comenzó a enseñarnos una forma de mano vacía con algunos movimientos que nunca habíamos hecho y que tenían mucha dificultad.
Aunque, como nos sucedió la otra vez, no había nadie para ayudarnos a traducir, este año hemos conseguido hablar mucho más con el Sifu, parece que los años de estudio se van notando y nuestro chino ha mejorado (si bien sigue siendo muy rudimentario, nos falta aun mucho para hablarlo con fluidez…). Gracias a esto pudimos entendernos cuando nos contó que el nombre de la forma era el “Kau Da” (la pelea continua), una de las formas que creo el propio Jeong Yim, una forma pensada para defenderse y atacar simultáneamente a más de un oponente a la vez, y que nada tiene que ver con el “Sap Ji Kau Da” más allá de que ambas vienen de Foshan.
En esta forma, nos dijo el Maestro He, se encuentran todas las técnicas del Hung Sing Choy Li Fut, por lo que aprenderla es sólo un primer paso, lo importante es exprimirla.
La verdad es que la experiencia de este año ha sido absolutamente increíble, todavía mejor que la del año pasado, al estar dos semanas dedicados en exclusiva al entrenamiento, hemos podido tener muchísimo más contacto con Sifu He, creo que le gustó el hecho de que hiciéramos el esfuerzo de volver como habíamos dicho y no dejar lo del año pasado en una anécdota de “una vez estuve en China entrenando en el Templo Hung Sing”, y por ello se volcó en explicarnos y demostrarnos la increíble efectividad y poder del estilo.
Es difícil explicar todo lo que hemos vivido allí, sólo decir que fue un entrenamiento extraordinariamente intenso, donde pusimos todo de nuestra parte, primero para dejar en buen lugar a nuestra escuela y Sifu, pero también porque hay una cosa que me quedó muy clara desde el principio, para Sifu He, su kung fu no está en venta, no puedes pagar un curso carísimo para que te enseñe, creo que si alguien entrase en el Templo ofreciéndole dinero por una forma le echaría a la calle, su Choy Li Fut es algo que sólo puede ganarse con esfuerzo y respeto, y por esto mismo hay que dar lo máximo en cada momento.
Las semanas siguientes fueron pues, muy duras para los dos, si bien de distinta manera, a los dos nos pidió llegar a nuestro límite, pero nuestro límite está en distinto lugar, por lo que con Rubén fue muy estricto con las posiciones, la fuerza, las aplicaciones, la relajación... no le pasaba ni una. Conmigo en cambio fue mucho más suave en ese sentido pero me hacía repetir cada día la forma sóla delante de él (y quien más estuviera, pero eso ya lo narraré más adelante), cosa que me horroriza en mi propia escuela, no digo nada frente a la mirada seria y escrutiñadora de Sifu He.
Sifu He Chao Hua
 Aquel mismo día por la tarde ya empezamos a sentir auténtico dolor en las piernas, y aquello no había hecho más que empezar…(continuará)

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