Las artes marciales enseñan a utilizar el cuerpo de la forma más inteligente para que huesos, músculos y articulaciones se dispongan de la mejor forma posible para responder eficazmente.
Para ello,
sometemos principalmente a nuestros músculos y tendones a estiramientos, flexiones,
extensiones…etc. Por diversos motivos (mala ejecución en la técnica o mala
preparación física para realizar el esfuerzo que se pide) estas estructuras
pueden verse afectadas.
Este artículo
detalla algunas de las lesiones más comunes dentro de las artes marciales,
principalmente en Kung-Fú; así como su tratamiento con el masaje.
El masaje es
una herramienta más que une perfectamente artes marciales y salud. Hay quienes
dicen que el masaje fue el primer recurso terapéutico utilizado por el hombre.
No hay más que ver a los niños, que sin tener ningún tipo de conocimiento sobre
el tema saben que al darse un golpe, disminuye el dolor si se frotan o
masajean.
*Observación: Las lesiones se clasifican
en tres tipos en base al tiempo transcurrido: fase aguda (las primeras 24-48
horas), fase subaguda (las siguientes 24-48 horas) y fase crónica (desde la
fase subaguda hasta su curación). Aquí se explica el tratamiento en fase aguda,
ya que es lo más común. En la fase subaguda y especialmente, en la crónica, se
precisa de un diagnóstico médico previo.
-Calambre: es
una contracción muscular involuntaria debido a la sobrecarga. Se recomienda un
estiramiento inmediato. Tras el entrenamiento se puede aplicar alguna crema de
calor y dar un masaje superficial, intentando que circule bien la sangre para
nutrir la zona.
-Contractura:
básicamente, se trata de un calambre persistente. Podemos tratar con hielo y
estiramientos.
-Tirón: se
trata de un sobreestiramiento de las fibras musculares. No llega a desgarrar un
número de fibras importante, sino de miofibrillas (las estructuras internas de
la fibra muscular). Por ello, a las horas se produce una extravasación de
sangre; de modo que NO hay que manipular la zona. Esperaremos unos 10-15 días
para la cicatrización y entonces podremos masajear muy superficialmente,
simplemente para evitar adherencias (adhesión del nuevo tejido que cicatriza). Se
puede poner hielo.
-Contusión:
es el aplastamiento del músculo provocado por un traumatismo intenso. Suele
causar hematoma. Puede ocurrir al entrenar
ejercicios como las tres estrellas, endurecimiento o golpear al muñeco
de madera con demasiado ímpetu. No masajearemos hasta que veamos si hay
hematoma. De momento podemos reposar, poner hielo y usar dit-ta-jiu (ungüento
de la medicina tradicional china compuesto de varias hierbas y aceite o
alcohol, que acelera el proceso de cicatrización). Cuando desaparezca el
hematoma podemos masajear y usar cremas de calor (como el bálsamo de tigre
rojo).
-Tendinitis de rodilla: No puede
decirse que sea una lesión grave pero sí molesta. Se trata de una inflamación
del tendón producida por una mala condición física de esta estructura para
realizar el esfuerzo que le pedimos que haga. En la rodilla, podemos hablar de
varias tendinitis: tendinitis de pata de ganso (conjunto de tres músculos que pasan
por la cara interna lateral de la rodilla), tendinitis rotuliana (muy típica si
sobrepasamos nuestra rodilla la punta del pie), tendinitis del cuádriceps…etc. Podemos
tratar con hielo, masaje profundo a favor de fibra y estiramientos.
-Tendinitis
de hombro: Bien es sabido todo el arsenal de golpes de puño largo que posee el
Choy Li Fut, especialmente los circulares. Por ello, hasta que los músculos
rotadores externos e internos se acostumbran, podemos sufrir de sobrecargas
musculares, agujetas, tendinitis… Para este último, usaríamos el mismo
tratamiento que en el caso anterior.
-Epitrocleítis
o “codo de golfista”: se produce por una hiperextensión del codo. En el Choy Li
Fut puede ocurrir en un golpe recto sin dejar ligeramente flexionado el codo; o
al mover el palo y dejar el brazo extendido por completo.
-Esguince: es
una lesión articular que llega a desgarrar en parte o por completo, ciertas
estructuras que actúan sujetando la articulación; como los ligamentos.
Diferenciaremos varios grados de esguince en el momento de desgarro de
ligamentos, pero si éstos sólo sufren una elongación fuerte sin rotura,
hablaremos de distensión. En el momento del esguince no debemos actuar con el
masaje. ¿Por qué? Porque no sabemos cómo de afectada está la zona. Puede ser un
ligero desgarramiento o una rotura total. Así que pondremos hielo, elevaremos
el miembro afectado hasta la altura del corazón y el médico tendrá que decir
cuál es el grado de la lesión.
En el caso
de ser un esguince de rodilla, actuaremos de la misma forma.
-Agujetas:
Se trata de una alteración de la célula muscular. Se producen por un
sobreesfuerzo y ocasiona un microtraumatismo de la fibra muscular y acumulación
de ácido láctico. Se puede usar termoterapia (aplicar calor) y un masaje suave.
*Prevenciones
y consejos para evitar lesiones:
-Beber
suficiente agua: al estar bien hidratados, nuestros músculos son más flexibles
y estarán mejor predispuestos para el ejercicio. Como curiosidad, una buena
hidratación contribuye a mantener la distancia intervertebral correcta. Con lo
que sufriremos menos de protusiones, hernias discales, pinzamientos…etc.
-Estirar
antes y después: con ello preparamos a los músculos, tendones y ligamentos para
el entrenamiento y relajamos las estructuras tensas al final del mismo. Es
importante estirar el cuádriceps. El Kung Fú, al igual que muchas artes
marciales tradicionales, trabaja mucho las posiciones bajas. Al estirar
relajamos el vientre muscular y los tendones de cada lado. Prevenimos la
tendinitis rotuliana y de cuádriceps.
-Comer
sano: todos sabemos que una dieta saludable es muy importante para las artes
marciales. Sin un músculo correctamente nutrido, no podremos exprimir todo lo
que podríamos.
-Darse
masajes: un buen masaje de vez en cuando relajará los músculos, así como el
sistema nervioso central. Al mover la sangre, nuestro cuerpo estará más nutrido
y eliminará mejor sustancias de desecho.
-Es
importante conocer el efecto del frío y el calor: el frío produce
vasoconstricción, es decir, que un menor caudal de sangre circulará donde lo
apliquemos. Sin embargo, el calor es un vasodilatador; es decir, que ensancha
los vasos sanguíneos haciendo que haya más circulación. Si dudamos qué utilizar, pondremos hielo.
Álvaro
Ons.
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