Jaime atrapa por el cuello a Carlos con su mano izquierda y se prepara para asestar un jab con la derecha.
Merece la pena reseñar que, con independencia del riesgo que supone el golpe que se avecina, ser agarrado del cuello conlleva el peligro de axfisia ya que la tráquea queda afectada, obstruyendose parcial o completamente el flujo de aire a los pulmones. Además, pueden provocarse hemorragias internas en las vias aéreas atacadas y pasar la sangre a los pulmones lo que agravaría el peligro de axfisia .
Por otra parte, y por si fuera poco, al oprimir las carotidas, la yugular o la aorta, el flujo de sangre al cerebro también se ve afectado. En pocos segundos, menos de diez, podríamos perder la conciencia total o parcialmente, dependiendo de nuestra presión sanguinea en ese momento, y de la fuerza aplicada.
Se trata pues de una situación complicada que debemos resolver con rapidez.
Así, Carlos reacciona inmediatamente atrapando con ambos manos la extremidad de Jaime; la derecha sujeta fuertemente la muñeca mientras la izquierda cubre la mano que le agarra atrapádola, y elevando simultaneamente el codo derecho.
Secuencia 3
Seguidamente, Carlos da un paso atrás con su pierna izquierda y estira el brazo de Jaime, girándolo en sentido contrario a las agujas del reloj para que la parte posterior de la articulación del codo de su oponente quede hacia arriba y situar su propio codo sobre ella.
Secuencia 4
Carlos concluye la maniobra luxando el codo de su oponente sin más que presionar con su propio codo hacia abajo. Descender la posición es un factor que contribuye a que la técnica sea efectiva, además de sostener su mano en la ángulo correcto para poder mantener su brazo estirado y bloquearlo de forma que no pueda escapar. Hay que llevar a nuestro oponente hacia abajo, hasta que su otro codo toque el suelo.
La luxación de codo es una lesión a tener en cuenta, más seria de lo que parece. Las complicaciones puede ir desde que algunos nervios o vasos sanguineos queden atrapados entre los huesos dislocados o al realinearlos, provocando que se nos duerma el antebrazo o la mano en el primer caso o un severo dolor y daños permanentes de tejidos en el segundo, hasta fracturas producidas al tirar los ligamentos del hueso.
En el video que os ofrecemos a continuación, aparece desarrollada esa técnica junto con alguna más. Agradecemos a Carlos Lopez su colaboración en la realización las fotos de esta serie técnica así como de dicho video donde demuestra su capacidad de "volar". Una vez más, gracias. Despues de todo, si no fuera por él, seríamos uno de nosotros.
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