Si crees que estás vencido,
lo estás.
Si crees que no osas, no lo
haces.
Si te gusta vencer, pero
crees que no puedes,
es casi seguro que no lo
harás.
Si crees que perderás, estás
perdido
pues del mundo aprendemos que
el éxito
empieza con la voluntad de un
hombre.
Todo se reduce al estado de
ánimo.
Si crees que estás ..., lo
estás,
Tienes que pensar a lo grande
para llegar alto,
Tienes que estar seguro de ti
mismo antes
de poder ganar un premio.
La batalla de la vida no
siempre te convierte
en el hombre más fuerte o más
rápido,
pero más tarde o más temprano
el hombre
que gana es el hombre
que piensa que él ¡puede
ganar!
BRUCE LEE
No podemos desprendernos de
nuestro cerebro, o de nuestros pensamientos cuando hacemos deporte. Si bien es
cierto que la forma física condiciona nuestro rendimiento, no menos relevante
lo es nuestra forma psicológica. Toda acción deportiva implica sensaciones,
pensamientos, voluntad e inteligencia. Sin embargo estos aspectos, cobran
paradójicamente, un segundo plano frente a las cualidades físicas.
Como muy bien apuntaba Bruce Lee,
la diferencia entre dos deportistas de élite, estriba en sus habilidades o
destrezas psicológicas, el control de la atención, la superación del estrés, el
control de pensamiento, la motivación y la autoconfianza. Estas destrezas, al
igual que las físicas pueden y deben aprenderse, no sólo para obtener un mejor
rendimiento deportivo, sino también para lograr una mejor calidad de vida.
En ninguna actividad el hombre
obtendrá todo el potencial que lleva dentro, si no utiliza adecuadamente las
capacidades que lleva en su cerebro. Las destrezas mentales que uno posea van a
influir de manera decisiva en su rendimiento. Así, y parafraseando a Bruce y su
profecía autocumplida "el hombre que gana, es el hombre que piensa que
puede ganar". Nuestros pensamientos acerca de nuestras conductas es el
motor que nos impulsa hacia la consecución de nuestros objetivos, por lo que
debemos entrenarnos en optimismo, en luchar contra el pesimismo que a veces nos
acecha, y confiar en nosotros mismos y en nuestras posibilidades. Y ahí reside
una parte importante de nuestro éxito, tanto en el deporte como en la vida.
El contenido de nuestros
pensamientos como hemos visto cobra especial relevancia, pero el uso que
hagamos de él, es si cabe más importante aún. El papel que este desempeña en
las artes marciales es crucial, tanto en el control de la atención como en la
concentración extrema que este deporte exige.
Por otro lado, es bien sabido por
los practicantes de artes marciales, la influencia que la práctica de este
deporte ejerce en nuestro estado de ánimo, y en aspectos tales como la
autoestima y la confianza en uno mismo. Está demostrado que la práctica regular
de deporte ejerce una influencia muy satisfactoria en nuestra salud física y
mental. Pero la práctica de las artes marciales, es una de las pocas
disciplinas que fomenta de manera considerable los niveles de autoestima y de
autoconfianza que se alcanzan.
La influencia de aspectos
psicológicos en las artes marciales, es por tanto, bidireccional, es decir
nuestros pensamientos y actitudes hacia el entorno van a condicionar nuestro
comportamiento y éxito de este; y la práctica regular de artes marciales va
influir positivamente en éstos.
Las artes marciales son en mi
opinión una de las disciplinas deportivas que mayor índices de satisfacción
proporcionan a los alumnos que las practican, por la buena forma física que
proporcionan y por el grado de autosuperación y motivación que suscitan.
Cristina García Zamora
Licenciada en psicología clínica
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